Cómo se está reconfigurando el mercado de telecomunicaciones local. La agenda regulatoria del Gobierno y las inversiones de la empresas.
Mitad perogrullada y memes de las redes sociales, y mitad realidad
palpable, cambiamos. Hace un año era difícil imaginar un segundo
semestre con tantos cambios encima. El sector de las telecomunicaciones
no ha sido ajeno. De la mano de las comunicaciones móviles y un
retrasado pero ágil despliegue de 4G, durante el período 2014- 2015, el
sector creció 22,59 por ciento, según datos publicados por la Cámara de
Informática y Comunicaciones de la República Argentina (Cicomra). De
hecho, hay en la Argentina más celulares que personas, 50 millones, lo
que pone al país en el puesto 20 en cantidad de equipos a escala
mundial. De hecho, la penetración del servicio de 4G alcanza un 16 por
ciento del total de la población del país y —a pesar de comenzar de
manera tardía su despliegue— dentro de la región sólo es superada por
Uruguay y Chile, tal cual se desprende del Índice de Penetración LTE de
5G Américas. Con estos números positivos, la industria encaró un 2016
lleno de novedades regulatorias y con un horizonte que promete pero que
aún no está nada claro.
Hay varias puntas de las que habrá que tirar para explicar
los cambios que ocurrieron en el sector de telecomunicaciones. Por un
lado, el Gobierno proyecta una nueva ley que busca, de una vez, abrazar
el fenómeno de la convergencia que durante todo el kirchnerismo
corrieron por caminos separados. Pero, por el otro, un decreto del
presidente Mauricio Macri impide el ingreso de las telcos al negocio
audiovisual durante por lo menos dos años, lo que tiene bastante
molestas a las telcos, más allá de las promesas de inversiones. Además,
los inconvenientes con las telecomunicaciones móviles por la falta de
antenas y el rol de Arsat como dinamizador del mercado son parte de una
partida que se juegaen distintos tableros.
¿Llega la convergencia?
Dentro de dos o tres años, según el decreto 267/15 (dictado por el
Gobierno el 29 de diciembre de 2015), las empresas de telecomunicaciones
podrán brindar servicios de comunicación audiovisual, una de las
restricciones que había impuesto la ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual (LSCA) en 2009. La ley Argentina Digital (LAD), sancionada a
fines de 2014, ya lo permitía, dado que le otorgó el carácter de
convergentes a los servicios de telecomunicaciones, en lo que constituyó
un intento por corregir uno de los aspectos más criticados de la LSCA.
La restricción que introdujo el decreto del presidente Macri molestó
bastante a las empresas de telecomunicaciones. “Sienten”, dicen fuentes
del sector, que fue hecho a medida del Grupo Clarín, ya que sí permite
el ingreso de las compañías audiovisuales en el sector de las telcos.
Estas idas y vueltas tienen varias aristas. Telecentro, de
Alberto Pierri, brinda telefonía dentro de su paquete de Internet y
cable desde hace años, algo que, si bien era permitido por el decreto
764/2000 (redactado por el ex secretario de Comunicaciones de la Nación,
Henoch Aguiar, hoy vicepresidente de Arsat), estaba dentro de un vacío
legal que no legislaba sobre la voz sobre IP. Además, Telefónica de
España es la dueña tanto de Telefónica de Argentina como de Telefe. El
gobierno manterior permitió la “adecuación” a la LSCA de Telefe a pesar
de esto, ya que consideró que Telefónica de España y de Argentina son
empresas diferentes, decisión que en su momento, pelea con el Grupo
Clarín mediante, levantó polvareda.
El nuevo gobierno autorizó rápidamente el desembarco de
Cablevisión en Nextel y el del socio minoritario de este último, el
fondo Fintech, en Telecom Argentina —ambas movidas habían sido
prohibidas por el kirchnerismo— en lo que promete ser el comienzo de una
nueva novela dentro del mundo de las telcos locales. Aquí es donde
Martín Becerra, profesor de la UBA e investigador en telecomunicaciones,
ve problemas para la actual gestión. “El Gobierno está en un laberinto
sin salida, que consiste en la intención de satisfacer a actores
industriales concentrados en un sector que no admite simultáneamente la
satisfacción de los dos andariveles”, dice. “Si les dan lo que piden los
sectores concentrados del sector de las telecomunicaciones, van a estar
lesionando la proyección de los actores concentrados del sector
audiovisual. Y viceversa. O satisface a uno o satisface a otro.”
Una cuestión no menor son las inversiones. Si bien Telefónica
informó que su inversión en 2016 ya alcanzó $ 3 mil millones, enfocada
principalmente en el desarrollo de la red de 3G y 4G, la inversión para
actualizar las redes de cobre depende de cuándo las telcos puedan
ingresar al negocio de contenidos audiovisuales. Mientras no puedan
hacerlo, el ímpetu a la hora de invertir en redes de fibra será menor,
según Juan Gnius, especialista en telecomunicaciones. “La fibra te
permite dar mucho más ancho de banda; el tema es qué servicios vas a
ofrecer con esa fibra —comenta—. Por ahora las telefónicas no pueden
ofrecer video, que es el que más ancho de banda consume. No creo que
Telefónica o Telecom inviertan en fibra para que la gente contrate
Netflix. El despliegue va a venir cuando ellos tengan la posibilidad de
ofrecer servicios de video o de televisión paga en alguna de sus
modalidades.”
Descongelamiento
Las telefónicas pudieron aumentar el abono del servicio de telefonía
fija por segunda vez en dos años, tras 15 de tarifas congeladas y con
una rentabilidad que cayó en picada, inflación mediante. El primer
aumento llegó a los abonos de la categoría comercial y profesional en
2015, luego de que la LAD convirtiera al abono en precios libres. El
decreto 267/15 le quitó al organismo regulador (el nuevo Ente Nacional
de Comunicaciones, Enacom) la posibilidad de regular los precios de
telefonía fija en tanto servicio público y pocos meses después llegó el
primer aumento en la telefonía residencial: 186 por ciento a principios
de abril. Las empresas querían aumentar un 240 por ciento pero desde el
gobierno les pidieron que la suba fuera menor, a pesar de que reconocen
que las tarifas todavía están atrasadas.
Héctor Huici, secretario de Tecnologías de la Información y
las Comunicaciones de la Nación —en diálogo exclusivo con INFORMATION
TECHNOLOGY—, comenta que “el promedio de América latina está entre US$ 9
y US$ 10”. “Lo cual no significa que ese tiene que ser el precio en la
Argentina, pero te indica que hay un atraso —aclara—. El valor, en la
convertibilidad, era de US$ 13, luego quedó pesificado y llegó a ser de
US$ 1. Hoy está en US$ 2,5 después del descongelamiento.”
Desde la vereda contraria, el ingeniero Nicolás Karavaski,
quien fuera subinterventor de la Comisión Nacional de las Comunicaciones
entre 2013 y 2015 y luego vicepresidente del organismo creado por la
LAD, la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones (Aftic), cree que el aumento “es lógico” porque las
telefónicas tenían “un déficit en la red fija”. Se pregunta, sin
embargo, si el dinero que recibirán lo utilizarán para invertir en dicha
red o para continuar con el despliegue de la red móvil 4G. Huici, en
tanto, dice: “La telefonía fija para las empresas es una fuente de
ingresos para invertir en mejorar sus redes. Tienen ingresos con redes
de cobre cercanas a su amortización y vuelcan eso en nuevos desarrollos,
algo que en general ha sucedido en el mundo”. Y agrega que si los
aumentos van más allá de lo razonable, “lo que debería suceder es que la
gente se desconecte de la línea fija y se quede sólo con el celular”.
Gnius ratifica que las tarifas fijas “estaban súper
desactualizadas” y que, de hecho, la Argentina era uno de los pocos
lugares donde la telefonía fija seguía en crecimiento —se pasó de 9,14
millones de líneas en 2014 a 9,23 millones en 2015— porque “era barata
en comparación con otro tipo de comunicación”. En el mundo, “el servicio
de voz está en retirada”, sostiene. Según Karavaski: “Vamos hacia la
movilidad, las redes fijas van a tener cada vez menos incidencia para el
usuario final, pero sí la tendrá para la infraestructura, para dar
servicios”.
Fuente: Por Sebastián De Toma de http://www.infotechnology.com
Versión de una nota publicada en la edición nº 226 (julio/2016) de la versión impresa de Information Technology.
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