El hardware del centro de datos envejece con el tiempo y llegará un momento en que habrá que reemplazarlo, pero la decisión de cambiar el hardware usado se ha ido complicando en los últimos años. En teoría, es realmente una ecuación bien simple: si el hardware tiene más de N años, es hora de reemplazarlo. Pero dado el estado del negocio y las finanzas en la mayoría de las organizaciones, muchas han decidido poner fin al tradicional ciclo de cambio de hardware cada 3-4 años debido a las restricciones presupuestarias. Sin embargo, si es necesario suspender esa renovación, quizás eso le permita seguir pagando por el mantenimiento y ahorrarse las grandes inversiones de capital que supone comprar maquinaria nueva.
Como sea, es imposible seguir con el mismo hardware indefinidamente. Seguir “como
Evaluación de la necesidad de renovación tecnológica
Desde una perspectiva práctica, todos los administradores se encontrarán entre la espada y la pared en lo que respecta a tres cuestiones: aumento de la actividad y los requisitos de negocio (más computación), presiones para reducir el gasto en TI (presupuestos más bajos), y exigencia de una mayor rapidez y eficiencia en el servicio. Siempre existe la tentación de priorizar la reducción de costos, normalmente con la presión de la alta gerencia. Sin embargo, una de las consecuencias de mejorar la eficiencia suele ser la reducción de los costos.Por tanto, estamos ante el clásico esfuerzo permanente por hacer inversiones estratégicas
Dados estos factores, la priorización se reduce a un simple concepto: ¿qué puede usted implementar con el presupuesto, personal, capacidades e infraestructura que tiene disponibles? Es posible que no tengamos el personal adecuado para diseñar eimplantar un sistema de chargeback, o quizás no disponemos de los recursos financieros para una renovación profunda del centro de datos. Pero, al mismo tiempo, tampoco podemos tener miedo de tomar decisiones. Hay sistemas que costarán más a corto plazo pero, en realidad, pueden suponer un ahorro a lo largo del ciclo de la tecnología. Además, en muchas organizaciones de lo que se trata es tanto de trasladar los costos de TI como de reducirlos.
Cuando la renovación tecnológica no puede esperar
Las cosas se pueden poner feas cuando realmente hay necesidad de cambiar el hardware. Muchas organizaciones se encuentran con infraestructuras y equipos obsoletos para los que ya no pueden adquirir contratos de servicio. El mantenimiento por parte de terceros puede alargar la vida online del equipo pero esta no es la única opción a la hora de renovar la infraestructura tecnológica.- Arrendamiento financiero. Por ejemplo, las organizaciones pueden decantarse por un arrendamiento financiero (leasing) para mantener el costo de los sistemas en un nivel razonable, normalmente a lo largo de un ciclo de 36 meses. Dependiendo de qué tipos de equipos tengamos puede ser incluso más adecuado adquirir el hardware para un ciclo de arrendamiento de 48-50 meses. Prácticamente todos los fabricantes han llevado a cabo recientemente una renovación completa de sus líneas de producto, lo que hace de éste un periodo ideal para contratar un arrendamiento financiero a largo plazo. La mayor parte de estos sistemas están apenas iniciando sus ciclos de vida o llevan sólo un año o dos en funcionamiento; esto reduce considerablemente la probabilidad de que los costos de soporte se incrementen a lo largo de la vida del arrendamiento.
- Financiamiento creativo. Cada vez hay más compañías de arrendamiento financiero que están dispuestas a ser un poco creativas y aceptan opciones de financiación a más de 36 meses, además de ofrecer descuentos para compras o combinaciones más grandes. Asimismo, hay una gran competencia entre proveedores y fabricantes, y casi todos ellos están dispuestos a ofrecer créditos competitivos de una forma u otra para la renovación. No tenga miedo a pedir información sobre esto o sobre las ofertas que podría haber disponibles en el momento en que usted se disponga a hacer la orden de compra. Si el proveedor sabe que usted está tratando de cuadra las cuentas para poder renovar el hardware, es posible que haga un esfuerzo para ayudarle a cubrir la brecha.
- Exploración del mercado secundario. A algunos les puede sonar un poco macabro, pero lo cierto es con la crisis económica han entrado en el mercado de segunda mano muchos sistemas “como nuevos” debido a que las empresas se fueron a la quiebra o vendieron partes y sistemas que, o bien no necesitaban, o no podían mantener una vez que la crisis afectó a sus negocios. Estos sistemas casi nuevos ocupan un valioso espacio en los almacena de las compañías de leasing, y están deseando deshacerse de ellos. Estas máquinas que acumulan polvo en los almacenes no generan ingresos para nadie y muchas veces pueden obtenerse a una fracción del costo de una nueva, además de cualificar directamente para un contrato de servicio sin tener que pasar por una recertificación.
Demorar la renovación tecnológica
Algunas organizaciones no tienen la opción de comprar hardware nuevo; incluso puede ser una opción mala. Quizás no hay presupuesto, el departamento TI no encuentra apoyos en otras partes de la empresa, o cualquier otra razón. Pero incluso en estos casos en que la situación obliga a minimizar gastos y a aprovechar al máximo lo que tenemos, todavía nos quedan alternativas.- Sopesar la actualización del hardware existente. Aunque no podamos comprar directamente del fabricante original, hay muchos terceros que pueden suministrar componentes nuevos o recertificados para actualizar los sistemas. Para los negocios que han sufrido una caída de las ventas o de sus proyecciones anuales de ingresos, quizás hasta tenga más sentido esperar a que pase la tormenta y, sencillamente, actualizar el hardware existente sin gastar más recursos en una renovación completa.
- Reflexionar sobre la virtualización y los servidores básicos. No es fácil planificar una renovación tecnológica. Para ello se requiere un conocimiento profundo del impacto que el plan de negocio de la empresa tiene sobre los requisitos de TI. Muchas organizaciones no lo tienen claro; saben dónde querrían estar —y dónde deberían estar— pero no tienen ni idea de cuándo ni a qué ritmo llegarán allí. Por ejemplo, para comprar la cantidad de energía adecuada es preciso saber cuánta energía se necesita. La incertidumbre sobre los objetivos y las necesidades de negocio pueden hacer que hasta la organización más frugal se exceda y gaste en nuevas tecnologías millones de pesos más de lo necesario. O que se apresure a comprar e implantar sistemas basados en cálculos para un periodo de declive y no pensando en los picos esperados a futuro.
Cuando se producen estos casos todavía nos quedan opciones para mejorar la utilización y exprimir el viejo hardware. Por ejemplo, hay operaciones de trabajo que pueden migrarse a servidores x86 de costo más bajo, lo que liberará otros recursos de computación más caros cuando sea necesario. El traslado o alternancia de cargas de trabajo puede resultar cada vez más importante a medida que aumentan los requisitos de las aplicaciones. Otra opción sencilla y económica es lavirtualización de los servidores. La virtualización mejora la eficiencia porque aumenta el trabajo realizado por vatio de potencia y la cantidad de aplicaciones que operan en cada sistema. Los entornos Windows pueden aplicar la virtualización por medio de Hyper-V, Citrix o VMware, y todos los sistemas Unix y GNU/Linux actualmente en el mercado disponen de múltiples tecnologías de virtualización.
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