Hace años que el gestor de correo electrónico Thunderbird no es una prioridad para Mozilla,
y con ver las limitadas novedades que trae cada nueva versión es más
que suficiente para constatarlo. Sin embargo, mantener la aplicación le
sigue pesando demasiado una compañía cuyo objetivo primordial está en “actividades como Firefox, que pueden tener un amplio impacto en la industria“.
Así, el plan de Mozilla es deshacerse de Thunderbird, desligarlo en algunos casos de las tecnologías que lo atan a Firefox y destinar todos los recursos hacia este. “Para
mí está claro que tarde o temprano el “pago de un impuesto” para apoyar
a Thunderbird no tendrá sentido como política para Mozilla“, indica Mitchell Baker,
presidenta de la Fundación Mozilla. Una opinión que, según dice,
comparten muchos en la directiva y comunidad de la organización.
Explica
Baker que los desarrolladores de Thunderbird gastan mucho de su tiempo
simplemente en mantener el software al día con respecto a los cambios
que recibe Firefox y las tecnologías en las que ambas aplicacione se
basan. Un panorama que no es beneficioso para ninguno de los dos
proyectos. La intención es que Thunderbird se independice por completo mantenido por su propia comunidad.
Pero no lo harán de la noche a la mañana. Los usuarios de Thunderbird pueden estar tranquilos
y seguir utilizándolo, que no se le va a “acabar el soporte”. En
Mozilla también entienden que la decisión es delicada, que no va a
gustar a todo el mundo y que el “desacople” se debe hacer bien, por lo
que no parece probable que tengamos noticias importantes en relación a
esto en breve.
Se veía venir, ¿no? Thunderbird solo se ofrece en versiones ERS (Extended Support Release) con apenas novedades de calado desde hace bastante, y Firefox está en horas bajas. La prioridad manda. Aunque también se le podría aplicar el cuento a Firefox OS, un sistema que se debe haber chupado y chupa cantidad de recursos y que de “amplio impacto en la industria”, poco.
Con sus más y sus menos y a falta del devenir de lo que acontezca, la decisión es acertada: Firefox y la Web abierta son prioridad absoluta, y les está costando -van contra el viento, cabe agregar- aguantar el tirón. Que se centren, ahora que ya no dependen de Google.
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